¿Debo cambiar todos los amortiguadores a la vez?

Cambiar todos los amortiguadores a la vez es una de las maneras de ganar en seguridad. Ahora bien, ¿Siempre es necesario? Vamos a sopesar pros y contras.

Cambiar todos los amortiguadores de una vez ¿Es recomendable?

El primer aspecto que hemos de comprobar es si los amortiguadores están o no en buen estado. Este test es fácil, porque es suficiente con presionar un extremo del coche para que este vuelva a su posición original. Si lo hace lentamente, no habrá ningún problema; ahora bien, si vuelve a su posición demasiado rápido, hay que desconfiar. Esta comprobación, al alcance de todos, puede ser complementada con otras acciones. Eso sí, salvo modelos concretos, suele ser válida.

Para decidirnos si cambiar los amortiguadores de una vez, conviene recordar que si los hemos puesto de una vez o hemos tenido que reparar. Como principio general, hay que revisarlos cada 20.000 kilómetros para comprobar su estado. La idea es poder cambiar los amortiguadores, de media, cada 60.000 kilómetros, aunque variará según el modelo. Hemos de recordar, además, que algunas marcas tienen sistemas exclusivos.

En cualquier caso, sí hay algunos elementos que se convierten en recomendables para cambiar amortiguadores. Como principio general, la seguridad ha de ser prioritaria y, ante la duda, es mejor cambiar. Vamos a comprobarlo:

La experiencia nos indica que la parte delantera o trasera del vehículo trabaja en conjunto. Por lo tanto, lo más lógico es que cambiemos la pareja de amortiguadores de delante o la de detrás. Lo habitual es que nos encontremos con este tipo de problema y que convenga solucionarlo. Esta es una buena manera de evitar desequilibrios que nos traigan problemas. El resultado, a la larga, es que el coche funcionará mejor porque las dos partes estarán coordinadas.

Para valorar si conviene cambiar todos los amortiguadores a la vez, hay que comprobar si el desgaste es parejo. Cuando esto suceda, sí puede ser bueno cambiar todo el conjunto. La idea es evitar que el desgaste sea tan grande como para generar problemas de equilibrio. No se trata, pues, de favorecer situaciones que sean complicadas a medio y largo plazo. El objetivo es conseguir que el uso de cada amortiguador se optimice. Esto, a la larga, nos permite ahorrar dinero y, por qué no decirlo, tiempo.

El cambio de un solo amortiguador es la solución cuando ha habido una avería individualizada. No es un caso demasiado común, pero aún así sucede. En ocasiones se hacen reparaciones para salir del paso pero, como principio general, cuanta más estabilidad se aporte, mejor. Eso sí, conviene comprobar que, realmente, es conveniente cambiar un solo amortiguador. La mayoría de las veces lo ideal es cambiar de dos en dos para que no haya problemas, pero dependerá de cada caso.

Es conveniente cuando realmente es necesario. No en vano, no tenemos por qué malgastar el uso si hay posibilidades de prolongarlo. Esta es una de las claves que podemos ofrecer en nuestra tienda de recambios especializada. Somos conscientes de que cada marca tiene sus propios diseños, de ahí que ofrecemos variedad. Lo cierto es que, en función del tipo de comercio, los precios de los componentes pueden variar mucho.

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