¿Qué debo hacer si el embrague de mi coche patina?

El desgaste del embrague es uno de los síntomas de que hay que cambiarlo. ¿Qué hacer si el embrague de mi coche patina? Aquí te lo explicaremos mejor para que no tengas ningún problema.

El hecho de que el embrague de un coche patine es distintivo de que no está en condiciones de funcionar. Como principio general, si has llegado a ese punto lo mejor es que lo cambies cuanto antes. Esta es la manera de que no tengamos que gastar dinero a la larga porque eso marcará la diferencia.

La expresión de que el embrague patina responde a una realidad. Las revoluciones del coche aumentan cuando aceleras, pero no lo hace de forma pareja la velocidad. Este es un claro síntoma de que el embrague no está funcionando.  Esto significa, en la práctica, que el embrague está patinando.

El motivo técnico puede ser variado y dependerá del estado real. Un desgaste del disco de freno, falta de fricción en el pedal, una mala regulación de este o suciedad en el dispositivo. Lo sí es necesario es plantear soluciones.  Hay que valorar distintos factores, desde el tipo de conducción a una avería o, simplemente, al desgaste derivado del fin de su vida útil. Tenemos que recordar que la mayoría de los fabricantes tasan la vida útil de un embrague entre 100.000 y 150.000 kilómetros.

Dicho esto, hay que buscar algunas alternativas para evitar mayores problemas. Piensa que ese no es un momento para prolongar la conducción.

Si ya has comprobado que el embrague patina, lo fundamental es llegar al taller si estás conduciendo. El consejo que te damos es que reduzcas la velocidad a no más de 80 kilómetros por hora y que evites los acelerones. La idea es que fuerces lo mínimo el sistema durante el tiempo que tardes en llegar a tu domicilio. Esta situación evitará que rompas el embrague, con sus funestas consecuencias económicas.

Hay que señalar que, en función del daño, la reparación puede ser una u otra. En cualquier caso, y si no lo tienes claro, lo imprescindible es llegar a casa y revisarlo. Esta es la manera de que no gastes más dinero del necesario o lo que, es peor, que corras riesgos. Recuerda que, cuanto más tardes en mirarlo, más probabilidades hay de una avería más grave.

Lo que sí es imprescindible es que no postergues más esta acción una vez que veas que el embrague patina. No en vano, has de tener presente que los problemas de averías de embrague suelen ser muy costosos. Es bueno, pues, que nos anticipemos a las situaciones.

Ver que el embrague funciona es fundamental, pero, si hay que cambiarlo, es una operación cara. Lo cierto es que la mano de obra es el factor que más encarece el cambio del kit de embrague. Si sabes hacerlo tú, ¿por qué no ahorrar unos cientos de euros? La política del do-it-yourself es una buena opción si eres algo manitas.

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