¿Cuándo hay que cambiar los discos de freno?
Los discos de freno son elementos que nos garantizan un desplazamiento seguro y que disminuyen la marcha o detienen el coche cuando lo necesitamos. Es un sistema compuesto de diversas partes que debemos mantenerlos al día para una conducción segura.
Más que elementos que componen el coche, los discos de freno ayudan a evitar accidentes: nos evita chocar con elementos del camino, a mantener el camino y más. En España, un alto porcentaje de conductores afirma que es un sistema importante, pero menos de un 15% podría detectar cuando este sistema presenta inconvenientes y hay que reemplazarlo.
Es por eso que en esta entrada te comentamos sobre lo que debes tomar en consideración para cambiar los discos de freno. Conoceremos cuál es su funcionamiento básico y las alertas o síntomas de mal funcionamiento, además del mantenimiento que requiere.
¿Qué son los discos de freno?
Los discos de freno son elementos que se encuentran fijos al eje del vehículo. Para frenar, reciben la fricción de las pastillas que disminuyen la velocidad. En cuanto a la duración de los discos, es mucho mayor que las pastillas, las cuales deben cambiarse con mayor frecuencia.
¿De qué se componen los discos de freno? No pueden ser hechos de cualquier material. Estos discos se componen de hierro fundido modular, grafito laminar o matrices de carbono. Los que mencionamos de último son los más usados para vehículos de competición, gracias a su gran resistencia a altas temperaturas.
Tipos de disco
Entre los tipos más importantes de discos de freno podemos mencionar:
· Los más comunes en los sistemas de frenado son los de tipo sólido o macizo, cuya superficie de fricción es lo más lisa posible.
· Ventilados. Son del tipo que incluyen elementos que favorecen una mayor ventilación para disipar el calor del proceso de frenado.
· Los perforados. Cuentan con agujeros que permiten disipar con eficiencia el calor que se produce, y tienen un peso reducido. Sin embargo, al tener agujeros, disminuye su superficie de fricción.
· Discos de tipo rayado. Son elementos que permiten limpiar la superficie para maximizar la eficiencia de frenado y disminuir los ruidos.
· Los discos de tipo mixto se componen de los sistemas anteriormente señalados para mejorar su eficiencia gracias a la incorporación de diferentes cualidades de cada tipo.
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Síntomas para el cambio de un disco de freno
¿Cómo saber que se necesitan cambiar los discos de freno? En este punto realizamos un resumen de lo que debes tener en cuenta a la hora de pensar en cambiar estos elementos. Recuerda que un sistema en mal estado puede ser el motivo suficiente para tener un accidente.
Ruidos y vibraciones anormales
Los ruidos y las vibraciones como productos del sistema de frenos, puede deberse a deformaciones de los discos o debido a las pastillas. Esto se ve influenciado por la forma de conducción y qué tan frecuente se le imparte mantenimiento a este sistema. Si no se atiende a tiempo, estos ruidos pueden incrementarse y las vibraciones causar desgaste anormal y peores averías.
Medir el grosor mínimo
Los discos de freno cuentan con datos sobre su funcionamiento impresos su estructura. Los fabricantes, generalmente colocan esta información en el borde, detallando el grosor mínimo que garantiza un funcionamiento eficiente y seguro.
Si no se encuentra en esta parte, debes verificar la información directamente en el manual del coche o con el distribuidor. Los discos suelen permitir una disminución de su grosor entre 2 y 3 mm. Si tienen una disminución mayor, es conveniente cambiarlos.
Varios cambios de pastillas
Existe una recomendación (no escrita) que establece que los discos de freno deben ser reemplazados cada 3 cambios de pastillas de freno. Así se garantiza la eficiencia de este sistema. Sin embargo, este método es un tanto impreciso debido a la variedad de modelos y formas de conducción.
Cada coche cuenta con instrucciones y recomendaciones del fabricante para realizar este reemplazo. Por lo general, el cambio de los discos (en el caso de los delanteros) tiene un aproximado para ser sustituidos a los 120.000 km. En el caso de los traseros, la frecuencia de cambio aumenta al doble.